Ediciones >> Volumen 22, Nº 74

Septiembre 2015
ISSN 1666-0706

 

ARTÍCULO DE DIVULGACIÓN

¡Alcohol y salud! ¿Alcohol y salud?
Revisión bibliográfica

Alcohol and health! Alcohol and health? A review


Autores:
Ricardo Caciva(1), Paola Belardinelli(2), María Laura Blanc (3), Silvia A. López de Blanc (4)


(1) Odontólogo. Profesor asistente de la cátedra de Estomatología “A” y Semiología. Facultad de Odontología, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
(2) Odontóloga. Profesor asistente de la cátedra de Estomatología “B”. Facultad de Odontología, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
(3) Médica. Esp. Clínica Médica. Hospital Italian, Córdoba, Argentina.
(4) Doctora en Odontología. Prof. Titular de la cátedra de Estomatología “B”. Facultad de Odontología, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Correo electrónico autor: rccaciva@gmail.com

 

RESUMEN

El consumo excesivo de bebidas alcohólicas constituye un serio problema sanitario y social. En los últimos años se han destacado sus propiedades anticancerosas, antioxidantes y protectivas contra la enfermedad cardíaca coronaria, lo que ha generado controversias entre beneficios y perjuicios del consumo. Los efectos tóxicos sobre el sistema nervioso central lideran el cuadro de la intoxicación aguda, mientras que los efectos del consumo crónico afectan prácticamente todo el organismo, alterando numerosas funciones aun en etapas tempranas de la vida. Los profesionales de las ciencias de la salud tienen un rol clave en la prevención de los daños producidos por este hábito tan difundido.

Palabras claves: intoxicación, alcoholismo, salud, alcohol.
Key words: health, alcoholism, metabolism.


INTRODUCCIÓN

El alcohol es la droga más antigua de la humanidad, considerada no tóxica en el pasado. En la actualidad tiene gran aceptación integrado a la cultura contemporánea, con consumo principalmente social. El beber en exceso constituye en nuestro país, un serio problema sanitario y social.
En los últimos años se han destacado sus propiedades benéficas, lo que ha generado controversias científicas y en la opinión pública (1-3).
Al analizar el potencial de toxicidad de una bebida alcohólica debe tenerse en cuenta el proceso de elaboración, la graduación alcohólica, la intensidad y la frecuencia de consumo. Las bebidas pueden elaborarse por fermentación de los azúcares contenidos en frutas, granos o cereales, como el vino y la cerveza, en las que el contenido de alcohol no supera los 15 g; y por destilación, en las que el contenido de alcohol puede llegar a 40 g (4,5). Además del etanol, pueden estar presentes en las bebidas alcohólicas sustancia afines como el metanol, aldehídos, nitrosaminas, aflotoxinas, ésteres, histamina, fenoles, taninos, hierro, plomo, compuestos arsenicales y cobalto (6).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe como consumo perjudicial de alcohol a aquel que conlleva consecuencias para la salud física y mental de la persona y está definido como “el consumo regular promedio de más de 40 g de alcohol al día en mujeres y de más de 60 g al día en hombres”. El consumo excesivo episódico o circunstancial (también llamado binge drinking), que puede resultar particularmente dañino para la salud, implica el consumo de por lo menos 60 g de alcohol en una sola ocasión (4,5,7).

Metabolismo del alcohol
El alcohol etílico o etanol es consumido por vía oral. Su absorción se produce en boca, esófago, estómago, intestino grueso y en la mayor parte en intestino delgado. El 90% es metabolizado a nivel hepático y entre un 2 y un 10% se elimina por pulmón, orina y sudor (8-10). El metabolismo que predomina es por “oxidación”, mediado por la enzima alcohol dehidrogenasa (ADH), que lo transforma en acetaldehído (AA), luego la enzima aldehído dehidrogenasa (ALDH) oxida el AA a acetato, ácidos grasos y agua a través del sistema microsomal oxidativo del etanol (MEOS) y por la vía catalasa (5,7,10,11). Un aumento de actividad de la ADH o una disminución de la actividad de ALDH llevan a la acumulación de AA, metabolito este con propiedades tóxicas, mutagénicas y que interfiere con la capacidad reparativa del ADN en los tejidos. Este mismo mecanismo se desarrolla en la cavidad bucal, donde se agrega el efecto de la microflora que aumenta la acumulación de AA (Fig 1) (12-18). Por lo tanto, el etanol puro es considerado un pro-carcinógeno para el desarrollo de tumores primarios (7,14,19,20). Existe un metabolismo extra-hepático del etanol a nivel del cerebro, riñón, corazón y estómago, que repercute prácticamente en todos los aparatos o sistemas, e incluso en la cavidad bucal (19,21,22).

Efectos del alcohol en el organismo:
Los efectos nocivos producidos por el consumo del alcohol pueden ser agudos o crónicos.

Intoxicación aguda: Comprende todos aquellos efectos derivados del consumo excesivo en un lapso breve de tiempo. Según el grado de alcoholemia (concentración de etanol en sangre) sus efectos en el Sistema Nervioso Central (SNC) van desde la euforia, excitabilidad y desinhibición, hasta producir alteraciones de la coordinación, disminución de los reflejos, depresión del estado de conciencia, coma y muerte (5).

Intoxicación crónica o alcoholismo: La OMS lo denomina “síndrome de dependencia al alcohol” (23,24) y está incluido en el capítulo V de la Clasificación Internacional de Enfermedades No. 10 (CIE-10) (25,26). El alcoholismo forma a su vez parte de una categoría denominada “Trastornos mentales y del comportamiento debidos al consumo de sustancias psicotrópicas”. Se define como un trastorno crónico de la conducta relacionado a repetida ingesta de alcohol, que produce dependencia física, y que se manifiesta por síntomas de abstinencia con la supresión del mismo. Varios factores pueden influir en el desarrollo de esta adicción, entre ello la genética, el estrés, la ansiedad, conflictos en relaciones interpersonales, depresión, autoestima baja, favorecidos por la facilidad para conseguir el alcohol y la aceptación social de su consumo (27-29).
En alcoholistas se producen graves trastornos cerebrales, hepáticos, cardiovasculares y están predispuestos a algunos tipos de cáncer. El consumo en grandes dosis puede causar miocardiopatía, arritmias e hipertensión arterial por su acción sobre las glándulas suprarrenales, determinando la liberación de cortisona (30-32). A nivel del sistema nervioso, se modifica la fluidez de las membranas, produciendo degeneración cerebelosa, neuropatía periférica y miopatías; altera las etapas del sueño, produce déficit cognitivo, Síndrome de Wernicke y de Korsakoff (33).
En relación a la sexualidad, aumenta los niveles de estrógenos y reduce los de testosterona. Puede aumentar o disminuir la libido o la erección, generar impotencia y retardar la eyaculación. A nivel gastrointestinal, predispone a gastritis, úlceras digestivas y a nivel hepático puede generar esteatosis hepática, hepatitis y cirrosis (19,34). El sistema inmunológico puede verse afectado, ya que disminuye la movilidad y la adherencia de los polimorfonucleares neutrófilos y la respuesta de hipersensibilidad tardía o tipo IV (35). En la piel se incrementa el flujo sanguíneo, es frecuente observar aumento de la sudoración, y en pómulos y nariz telangiectasias y formaciones aracnoideas vasculares. También se ha descripto su relación con la osteoporosis. El alcohol inhibe la función de la hormona antidiurética, aumentando la diuresis y la pérdida de agua (36).
En mujeres embarazadas puede acarrear graves consecuencias para el desarrollo fetal, incluyendo bajo peso al nacer y un mayor riesgo de aborto espontáneo. Grandes cantidades de alcohol pueden causar el síndrome alcohólico fetal, daño cerebral y hasta retardo mental y del crecimiento (37-39).

Repercusión del alcohol en la cavidad bucal:
Pocos estudios han descripto el deterioro de la salud bucal en los pacientes consumidores de bebidas alcohólicas, siendo su efecto deletéreo más estudiado la predisposición al cáncer bucal y del tracto aéreo digestivo superior (40-42). Con el fin de valorar la intensidad del consumo crónico de bebidas alcohólicas, los autores usan diferentes unidades para expresar su consumo: grados, g, mL, onzas, tragos (drinks), por día, semana, mes o por año. En un reciente meta-análisis, se traducen los valores a g/día, razón por la cual aconsejamos en los trabajos científicos registrar el consumo aproximado de alcohol, según valores expresados en la tabla 1. La citada tabla ha sido confeccionada según lo declarado en los productos disponibles en comercios de Córdoba, Argentina, octubre 2014 (42).


CONCLUSIÓN

La integración de los riesgos y beneficios en una recomendación sobre el consumo de alcohol representa un desafío para los profesionales de la Salud y los Odontólogos en particular. Si bien se publicita que el consumo moderado de alcohol puede realmente mejorar la salud, es sabido también que una dieta sana puede suplir perfectamente tales beneficios. Se afirma que ningún nivel de consumo de alcohol puede ser considerado como seguro para algunas personas.
Un abordaje interdisciplinario y medidas tendientes a disminuir el alcoholismo serían de utilidad para evitar sus efectos nocivos sobre la salud.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


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Recibido: 21/11/2013 – Aceptado: 18/3/2015